Rayas antes que madera
En casi
15 años de existencia, los miembros de la Organización Barrial
Tupac Amaru han protagonizado toda clase de incidentes policiales: desde
piquetes en rutas nacionales y ocupaciones de terrenos y edificios, hasta
amenazas de muerte y homicidios. Los delitos a veces acontecen bajo la bandera
de la Tupac ,
mientras que en otras ocasiones los violentos se la guardan en el bolsillo,
pero los jujeños casi siempre pueden distinguir cuando fueron atacados por
gente de Sala y cuando fueron atacados por otro tipo de gente. La gran
diferencia entre una y otra situación es que si el agresor proviene de las
filas de la Tupac ,
entonces la probabilidad de que la impunidad se imponga es enorme.
A raíz
de todo ello, Sala y su gente cuentan con numerosos enemigos. En Jujuy la
división es clara: hay un sector variopinto –pero más bien pequeño– de la
sociedad local dispuesto a darle su apoyo a la Tupac pese a todo lo que pueda llegar a pasar, y
hay otro sector, mayoritario, que aborrece a Sala.
Ahora
bien, la pregunta obligada es: ¿se la detesta tanto a Sala en Jujuy como para
intentar matarla? Lo cierto es que no: los jujeños –y me refiero a la gente decente,
honesta y trabajadora– no quieren verla muerta, quieren verla encerrada en una
celda. Por lo tanto llaman poderosamente la atención los atentados que Milagro
Sala y su gente aseguran estar sufriendo desde hace meses.
El más
sonado de esos episodios ocurrió en octubre, unos días antes de las elecciones:
a plena luz del día un grupo de bandoleros emboscó con un tiroteo a una caravana de la gente de Milagro Sala en el Barrio Mariano Moreno, dejando como saldo
a dos heridos de bala. La noticia, que contó hasta con una filmación, tuvo
repercusión nacional, y Sala terminó acusando a dirigentes de la UCR de ser el cerebro detrás
del golpe. Pero desde aquella ocasión hasta ahora, la lideresa de la Tupac Amaru –ahora convertida
en Diputada Provincial– ha padecido otras agresiones.
Así lo
anunció en una conferencia de prensa: dijo que, durante los primeros días del
pasado diciembre, una banda de asaltantes intentó ingresar en su vivienda para
robarle. En este caso no se trataría de principiantes, sino de una banda
altamente capacitada y equipada para dar golpes violentos, la cual –según Sala–
estaría operando en la provincia desde hace un tiempo gracias a la connivencia
con la policía (cometiendo graves atracos como el que sufrió en diciembre un comercio de Calilegua). Lo asombroso fue que Sala señaló con total certeza que
la banda está compuesta por gente de Tucumán, Salta y Buenos Aires. ¿Cómo sabe
eso? Se me ocurren dos cosas: o bien Sala tiene informantes en el submundo del
hampa que le han pasado los datos, o bien los delincuentes no sólo intentaron
ingresar a la vivienda de Sala, sino que de hecho lo hicieron y la tuvieron
cautiva junto a su familia.
A
mediados de diciembre la policía logró detener a una banda de ladrones que
habían ingresado en el domicilio de un comerciante en el Barrio 12 de Octubre.
Los detenidos no eran foráneos sino jujeños. Entre otras cosas, a los
malvivientes les incautaron una pistola eléctrica con la que habían torturado a
los dueños de casa. ¿A Milagro Sala le habrán hecho lo mismo?
En la
misma conferencia, Sala también sostuvo que una tía septuagenaria suya sufrió
un ataque con bombas molotovs, en tanto que un predio de la Tupac Amaru en el Barrio
Coronel Arias fue vandalizado y robado. En relación a estos dos casos, Sala no
apuntó en contra de delincuentes de otras latitudes, sino que, por el
contrario, afirmó que sabía perfectamente quienes eran los que están detrás de
los sucesos.
Una
semana después de aquella conferencia de prensa, la violencia sacudió
nuevamente a la Tupac Amaru.
Esta vez se informó que una camioneta de la ONG tripulada por importantes dirigentes fue baleada en la ruta mientras viajaba desde San Pedro a San Salvador de Jujuy. Al
principio se creyó que la propia Sala estaba a bordo del vehículo, pero luego
se anunció (aunque sin probarlo) que en realidad la actual Diputada Provincial
en el momento del violento evento se encontraba a salvo en otro lugar.
¿Quién le teme a Milagro Sala?
Todo lo
que ha padecido la Organización Barrial
Tupac Amaru y su lideresa en estos últimos tiempos nos habla o bien de alguien
desafortunado, o bien de alguien que ha hecho algo para atraer sobre si a la
desgracia.
Es
posible que los actos delictivos en contra de los tupaqueros estén conectados,
como también es posible de que no lo estén. No sé realmente lo que pasa en este
caso, pero creo que sólo caben tres posibilidades: las agresiones las inventa
la propia Tupac Amaru, hay alguien externo a la organización social que los
está enfrentando, o es desde el interior mismo del movimiento el lugar de donde
emerge la violencia.
En el
primer caso se trataría de autoatentados. Descartando lo de la emboscada, todo
lo demás nos indica daños contra la propiedad de la ONG pero no contra las
personas que la integran. ¿Podría todo tratarse de una campaña de victimización
para lavar un poco el rostro de la Tupac
Amaru , especialmente tras su dudosa posición en los saqueos
de diciembre? Si, podría ser eso, como podría ser otra cosa.
Después
hay que mirar a las amenazas externas de la Tupac Amaru. Es sabido que ni
jueces ni políticos toleran a Sala en Jujuy. En el Partido Justicialista sólo
los Fellner le han manifestado un tibio apoyo, mientras que el resto de los
sectores no la quieren cerca. En la
UCR , directamente, no le quedan amigos. Y también hay varios sindicalistas
que tienen en vigencia más de una disputa con Sala. ¿Alguno de ellos
contrataría a sicarios para amedrentar y/o liquidar a Sala? Nunca se sabe, pero
algo tan grave acabaría con una carrera en caso de ser expuesto a la opinión
pública, lo que hace presuponer que nadie en Jujuy elegiría ese camino para
acabar con Sala, pues no hay nadie tan estúpido o tan desesperado como para
hacerlo.
La
tercera opción es la de los enemigos internos. La Tupac Amaru , como es sabido, es
una organización fuertemente verticalista. Sala la comanda con mano de hierro:
ella sabe que los errores de sus allegados los paga su nombre, por lo que trata
siempre de controlar las situaciones personalmente. De allí que, por ejemplo,
en más de una ocasión se la haya visto hacer visitas nocturnas en diversas
viviendas junto a un nutrido grupo de guardaespaldas fuertemente armados para
“aclarar” asuntos de la ONG
y sus miembros.
Algo
que normalmente se hace al analizar a la Tupac
Amaru es poner el ojo sobre la mesa chica de la ONG , dejando de lado a los
numerosos lugartenientes que la organización social ampara. La periodista
Sandra Russo escribió un libro sobre Sala que concentra su atención en la
lideresa, y poco dice acerca de otros miembros de su pandilla.
Sala forjó
un vínculo sólido con diversos dirigentes sindicales, hasta que, en los
primeros años de la década de 2000, empezó a capitanear a su propia agrupación
barrial, con la intención de hacer trabajo territorial. Al principio su
intención era la de convertirse en puntera del PJ o de la UCR , pero pronto vio que podía
aspirar a un poco más que eso. Sala penetró en la barra brava de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, formando un grupo llamado la “Banda de la Flaca ”, cuyo objetivo era
apropiarse de la tribuna sur (y del negocio que ello implica). Para ello debía
doblegar a Alberto Cardozo, el jefe de “Los Marginados”: hoy en día el tal
Cardozo es parte de la Tupac Amaru.
La lideresa también invirtió en diversión nocturna y otros emprendimientos para
ganar influencia. Pero la varita mágica la tocó cuando Alicia Kirchner, la viuda
de Armando Mercado, la acogió como embajadora suya en la provincia y empezó a
girarle sumas millonarias a las cuentas bancarias de la ONG (al día de hoy no está
aclarado por qué razón el vínculo entre Sala y los Kirchner fue tan poderoso
como para financiar de ese modo a una piquetera que había empezado a trepar en
la escala de poder de una provincia limítrofe).
¿A
dónde intento llegar con todo esto? Creo que si los atentados contra Milagro
Sala son igual de reales que la famosa emboscada que sufrió, entonces los
autores de la violencia están en casa. Y ello es así, básicamente, porque la Tupac Amaru es un nido
de gente con espeluznante prontuario. Los que atacaron a la caravana de Unidos
y Organizados en los días previos a las elecciones de octubre eran antiguos
tupaqueros desplazados por la propia Milagro Sala. Aparentemente, existía una
deuda entre las partes, y de allí la balacera y los heridos. Los de la molotov,
los que le dispararon a la camioneta, los que robaron en una propiedad de Sala
y de su organización social, ¿no son acaso gente que sabe como amenazar,
extorsionar y golpear a la Ñusta Ilegítima?
Francisco
Vergalito
A Milagrito no la van a matar porque eso haría una martir de esa reverenda hija de puta, negra merquera y chorra.
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